
Los famosos en cuestión. Foto: Mikel Ponce
GASTRONOMÍA – MANUAL DEL GLÚ-GLÚ
Si los famosos fueran vinos, ¿cuáles serían?
Tanino Divino – 08/05/2025
Intentamos asociar a cada celebridad con una botella que, a grandes rasgos, refleje su esencia. ¿Es un juego? Sí. ¿Vas a aprender de vino? También. Si te acostarías con ellos, ¿por qué no ibas a bebértelos?
Decía Forrest Gump que la vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te vas a encontrar. Pasa un poco como con los vinos y los famosos: que una vez los conoces, te pueden gustar, o tal vez quieras dárselos de beber al fregadero. Por eso, nos parecía juguetón intentar representar la esencia de algunas etiquetas a través de personajes conocidos, con características que todos logramos identificar. Y de ahí, este artículo de rigurosa actualidad.
Porque en el mundo del famoseo hay estereotipos de todas las clases. Están aquellos que rezuman elegancia y estilo, como un buen Borgoña de culto. Los hay también que son efervescentes, ácidos y olvidables, cual Lambrusco de supermercado. O los que son más discretos e intentan huir de los focos, pero merecen todo el reconocimiento, como un buen tinto de fresqueo gallego. Si nos acompañas, tal vez consigamos dar con tu match más rentable.
Pedro Pascal
En pleno 2025, no existe una persona más influyente. Este actor, de origen chileno, protagoniza películas, series e incluso anuncios por doquier. Podríamos decir que es elegante, pero camaleónico; capaz de adaptarse a cualquier papel, sin perder la excelencia. Como un De Martino Las Olvidadas, vino tinto chileno, elaborado con variedades tradicionales de Santa Cruz de Guarilihue, en el Valle de Itata. Considerado un ejemplo sudamericano de la nueva ola de tintos de fresqueo, por cuanto resulta agradable, ligero, frutal y muy fácil de beber. El vino, como Pedro, se aleja de lo convencional y clásico, pero sin dejar de reivindicar sus raíces. Este es el camino.

El gran Pedrito. Foto: Casillero del Diablo
Ibai Llanos
El streamer que rompe récords y ha redefinido el entretenimiento digital. Este año, Ibai ha reducido horas de directo en Twitch y, sin embargo, sigue siendo el rey de los eventos virales como La Velada del Año. Digamos que Llanos ha cambiado completamente el panorama mediático, a través de nuevos formatos y con aire juvenil. Si fuera un vino, yo me decantaría por un verdejo de la nueva ola: fresco, directo y dinámico, pero de culto. Hablamos del Cantalapiedra Obertura. Este reciente blanco, elaborado en La Seca (Valladolid), se aleja del perfil más comercial y aromático de los verdejos convencionales. Con él, Manuel Cantalapiedra, su elaborador, busca profundidad y autenticidad. Se muestra el vino como realmente es, sin estridencias, en su esencia. Es el vino de las grandes quedadas, los retos imposibles y las noches de risas. Siempre trending, es ese vino que nunca debe faltar en la mesa si toca celebrar.
Rosalía
Hablamos de una artista innovadora, influyente y global, que ha transformado la música española y ha dejado una huella profunda en la industria musical a nivel internacional. Tiene un estilo propio y reconocible: fusiona el flamenco tradicional con el pop, el reguetón, el trap y el R&B. Si Rosalía fuera un vino, sería esa Garnacha catalana del Montsant: vibrante, colorida y con un punto salvaje e impredecible. En este caso, me refiero al Joan D´Anguera Finca L´Argatà. Como su música, este vino expresa pureza, delicadeza y autenticidad, buscando la frescura, la fluidez y un fuerte sentido de pertenencia. Rompe con lo establecido, mezcla tradición e innovación, y deja un regusto final a umami (¿o es motomami?). Ideal para brindar por la creatividad y la valentía de ser fiel a tus principios y a una misma, aunque te quieran mal.
Donald Trump
Estamos ante el personaje más polarizante del mundo. Trump ha sacudido el mundo con sus decisiones políticas y económicas, que no dejan indiferente a nadie. Hablamos de una persona estridente, de una clase social muy alta que genera debates allá por donde pasa. El ejemplo perfecto sería el Champagne Armand de Brignac Gold. Este espumoso francés de lujo, también conocido como Ace of Spades, está producido por la Maison Cattier, propiedad del rapero Jay-Z. Se elabora con las tres variedades clásicas de Champagne: Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier. El acabado de las botellas se realiza a mano, con un diseño de piel dorada-anaranjada, mucho lujo, exclusividad y la prepotencia de afirmar ser el mejor en su sector. ¿No os recuerda a alguien? Excesivo, polémico y, como el propio Trump, imposible de ignorar.

Donald Trump. Foto: Habanero
Princesa Leonor
La monarquía española ha vivido tiempos mejores, no nos vamos a engañar. Existe un fuerte desapego por lo tradicional y clásico, especialmente entre la sociedad más joven, motivo por el que la nueva generación de la corona, con la figura de la princesa Leonor al frente, procura reinventarse y conectar con públicos distintos. Es el caso del vino blanco riojano Viña Gravonia. Esta referencia de culto ha sabido mantener su autenticidad y rigor histórico, pero hoy está siendo redescubierta por una nueva generación de winelovers. Son quienes buscan referencias diferentes, alejadas de la uniformidad e inmediatez, y que encuentran en este blanco de Rioja una propuesta contemporánea y única, pero sin renunciar a su esencia clásica. Ambos aspiran a demostrar que la tradición, bien entendida, no es un lastre, sino una plataforma para renovar.
Carolina Marín
Nada une más a la comunidad que el buen vino y los éxitos deportivos, y Carolina Marín tiene unos cuantos. La jugadora de bádminton es ejemplo de resiliencia, humildad y fortaleza. Pensando además que su origen está en Huelva, no podemos viajar a otra cuna bodeguera que no sea Jerez, la zona de España con mayor ratio de vinazos per capita. Una de las miles referencias que no desentonarían para comparar la personalidad de Marín sería La Riva Blanco de Macharnudo. Hablamos de un blanco elaborado como antiguamente, sin encabezar, asoleando la uva, y que tras 20 meses bajo velo flor, es pura sapidez en boca. Este vino, como Carolina, es fresco, intenso y con carácter. Resiliente ante las adversidades, y bandera más allá de nuestro territorio.
Al final, comparar a los famosos con vinos no es solo un ejercicio divertido, sino también una forma de celebrar la riqueza de personalidades y estilos que conviven en nuestra sociedad y nuestras bodegas. Así como cada vino tiene su origen, su proceso y su carácter, cada celebridad aporta algo irrepetible al gran banquete mediático. Porque, en definitiva, tanto el vino como la fama están hechos para disfrutarse, compartirse y, sobre todo, para dejar huella en quienes los saborean.