Foto: Habanero

Marzo, a toda virolla

Habanero – 06/03/25

Llega marzo y, con él, las Fallas, el buen tiempo (o no), la primavera y, por supuesto, Habanero. La ciudad está que arde, y que nadie se engañe: no es precisamente por los masclets.

Habanero no es un medio de actualidad, no salimos a diario ni contamos aperturas. Mucho menos cierres, que rara vez son noticia. Sin embargo, a través de esta sección, nos hacemos eco (en parte) de la actualidad, aunque de forma muy sintética. Decía Bukowski aquello de «si no te sale ardiendo de dentro, a pesar de todo, no lo hagas». Pues bien, de eso trata esta sección, de contar aquello que nos quema por dentro. Porque en realidad lo sabemos ya, nos lo ha contado alguien, pero no íbamos a ser los chivatos de la ciudad. Nos gusta todo lo que arde y, en esta sección, recomendaremos aquellos espacios, personas o marcas on fire


1. Carteles de Fallas: para nosotros, son YES.

Puestos a hablar de fuegos, a nadie se le escapa que Valencia está ya en Fallas. Los falleros adoptaron este mood hace ya varias semanas -así es la vida del devoto-, y en breves, llegarán los días grandes, con sus pasacalles, sus charangas, sus chorretosos puestos de churros… Y así todo. Pero las Fallas también tienen un lado positivo, empezando por su inmenso valor patrimonial  y sus múltiples expresiones artísticas. Uno de los elementos más comentados, aparte de las figuras en sí, es la cartelería que acompaña a cada edición, y que cada año suscita apasionados debates. Pues bien, la de este año corre a cargo de Migue Martí y Sergio Membrillas. Se trata de un trabajo fino, fresco y vibrante, que destaca momentos distintivos de las celebraciones tradicionales de las Fallas desde un punto de vista más actual: la Ofrenda, las bandas o el espolín a todo color. Yes, yes, YES!


2. Aperturas frescas y jóvenes, ¡que arda!

También están que arden los nuevos proyectos restauradores, muchos impulsados por gente joven con ganas de hacerlo bien y cambiar el status quo de la gastronomía local. Ya iba siendo hora, estamos aburridos de leer las mismas listas año tras año. En los últimos meses, han surgido cocinas de autor por doquier, dotando a los barrios de la ciudad de una nueva vida, también en lo que a gastronomía se refiere. Qué remedio que exiliarse a la periferia, si tenemos en cuenta el precio del alquiler. Pero a lo que íbamos: Xaruga, ubicado en la calle de la Reina 217, en pleno Cabanyal, es una gran certeza en esta temporada. Aquí, la chef Amparo Nácher ofrece una propuesta de producto y temporada, acorde al mercado, pero sorprendente para el comensal actual. 

A sólo ocho minutos andando, Mengem, en la calle de las Columbretes, termina de elevar la zona. Se trata de un pequeño bistró, con aires afrancesados, bajo las órdenes de Sandra y Elías. También están que arden, en Cánovas, los chicos de Boira. Propuesta muy relajada y llena de intención. Como Bar Maestro, un lugar actual, pero descomplicado, muy cerquita de Antiguo Reino. Por último, Marghè ha llevado a Malilla el concepto de bottega italiana, de la mano de Alessandro. Además de los embutidos, no hay que perderse la pasta.


3. Y algunos soplos fugaces

Por otro lado, lo que parecía una de las grandes novedades del año, la entrada de Luca Bernasconi en Vinorte, ha durado lo mismo que un caramelo en la puerta de un colegio. Lío monumental, y un mes después, ya no forma parte del negocio. El que quiera disfrutar de su bodega, tendrá que desplazarse hasta Ruzafa para hacer la parada de rigo en Saxo y Le Bar de Vins, o hacerse socio de Lebulc, donde la calidad se mantiene intacta.

Más gente que está que arde: los chicos de Mercabanyal. José Miralles y Hugo Sánchez Cerverón retrasan un poco la apertura de Casa Pescadores, que sigue en camino, pero acaban de abrir Módulo 14, con la participación del grupo Jugando con Fuego. Estos últimos también van fogosos, ya que recientemente inauguraban Cheeck’s, un restaurante de pollo frito del de verdad. No del del coronel, que ya no tiene quién le escriba.

En definitiva, mucho fuego para una ciudad dispuesta a vivir marzo a tota virolla.


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