Hace cuatro años que nació Bar X, la apuesta más cercana, centrada en el producto y descomplicada de Ricard Camarena. Esa que ha conferido una nueva vida a la planta inferior del Mercado de Colón. Estamos, por tanto, de aniversario, y lo celebramos con una figura esencial en el relato. Porque tras el éxito de este concepto, no sólo están los nombres de Mari Carmen Bañuls y Ricard, sino que emerge un rostro bien conocido por encima de la vitrina. Se trata de Alicia López, la extensión del jefe, la anfitriona de los parroquianos y la cara más visible del proyecto. La que siempre está cuando llegas con hambre, y sabe tender a tiempo una sepia con mayonesa.

En palabras de la propia Alicia, «Bar X llegó cuando tenía que llegar, tanto a nivel personal como laboral. Fue un regalo de la confianza ciega que Ricard ha tenido siempre en mí, por lo que siempre estaré en deuda eterna con él y con Mari Caremen». Además de Ali, y como es norma de la casa, el equipo Camarena tiene una manera de hacer las cosas que respira honestidad, saber estar, cercanía, amabilidad y profesionalidad. «Hay un equipo humano a nuestro lado con el que todo es posible: la jefa, Josevi, Jose, Padial (mis tres mosqueteros)…y nuestros clientes, evidentemente, sin todos y cada uno de los que nos visitan a diario esto no tendría sentido». Por esa manera de entender el trabajo (y la vida) López se ha convertido por derecho propio en una figura indispensable para entender la dirección de sala en términos transversales: empatía, elegancia, discreción, liderazgo amable y vocación de servicio.