Una pija de manual. Foto: Habanero

CULTURA – FUERA CABEZA

Una pija en tu camino

Mestizorras – 08/05/25

Una disertación sobre las pijas que habitan Internet, se graban reels de skincare, van a inauguraciones de pop-ups y muestran gender reveals y babyshowers públicas para disfrute de tus pupilas

Una pija aparece en tu camino tras la pantalla de tu smartphone. Aparece en un vídeo que salta sin tú haberlo pedido. Es una pija que no conoces pero la reconoces porque es fácil de reconocer, todas son iguales: raya en medio, pelo liso, castaño, maquillaje sutil, uñas recién manicuradas en tono pastel que no llaman la atención. En los perfiles de las pijas como ellas aparecen con diferentes looks, se graban reels de skincare, cada uno específico: #morningskincare, #datenightskincare, #daytogoskincare. Todo en inglés, para ser más globalizada, porque la pija es una persona culta y letrada, o subnormal. 

Las pijas con hijos los muestran también a ellos en sus perfiles, todos igualitos vestidos, sonrientes, de azul o rosa, hacen gender reveals y babyshowers públicas con música instrumental de fondo. La pija también lleva una vida muy healthy, en su perfil se define como creadora de contenido, mom, #lifestyle y un icono de la bandera de España. Salen en el gym haciendo core y fuerza, y ponen mierdas tipo «empezando el día con energía» o «mi persona vitamina soy yo». También las puedes ver haciéndose un café de especialidad mañanero en su Moka italiana, para luego servirlo en una taza de cerámica de su abuela, con vistas a la Plaza de la Reina, o al Río Túria, o al Paseo de la Alameda, que son zonas fantásticas de Valencia.

Detienes el dedo tras 15 minutos haciendo scroll y ves lo que hace la pija, porque se te inserta en la pupila, aunque no quieras. Todo ese mundo pulcro y ordenado te atrae, pese a que no lo quieras admitir. La pija está en muchos sitios a la vez, un restaurante de moda, inaugurando un opening al que han invitado a ella y a más influencers, una tienda nueva del centro. Se graba directamente a la cara y dice: «¡Hola, amores! Hoy nos vamos a un evento que me hace mucha ilusión que se haga en València, vamos al pop-up de Estíbaliz Fernandez». Sientes curiosidad, nunca habías escuchado esa palabra, ni siquiera sabes lo que significa, así que pinchas en el perfil y ves que este pop-up se ha hecho en muchas capitales importantes, como Londres, Madrid, Paris, Roma, New York o Tokio.

Pijismo level Emily in Paris. Foto: Habanero

Con los ojos en sangre, porque llevas más de 10 minutos sentada en el baño frente a la pantalla, en vez de volver a tu puesto de trabajo a seguir corrigiendo textos, vuelves a mirar cómo la pija del reel va caminando por las calles de Cánovas, dando pequeños saltos, mientras cada dos segundos gira su cara y mira a la cámara. Por supuesto, sonríe; con su mano, te hace «ven, ven», para que la sigas hacia un container de luces, con una decoración minimalista, pero al mismo tiempo muy elegante y moderna. Todo eso lo sabes porque lo dice ella. Así mismo, ves una fila larga que se hace para ingresar al sitio, pero la pija se la salta porque es invitada VIP. Ella te enseña el cóctel que se acaba de pedir, un Sex on the Beach dentro de la cabeza de un mono, y lo sorbe como si le sorbiera el cefalorraquideo. 

La pija es astuta, lleva el discurso en sus vídeos de «si quieres, puedes». Te dice: «Espabila, levántate con una sonrisa, te lo mereces». Lleva también tatuada la palabra fuerza con letra ligada y pequeña, como si lo hubiera escrito su primo de siete años. La pija te da a entender que todo lo que te sucede proviene de tus procesos químicos y actitud frente a la vida, como cuando no te aceptaron en el trabajo de tus sueños, o te subieron el alquiler, o pisaste esa mierda de perro que te costó quitar de la bota. Y así, con sus inofensivos videos edulcorados, avainillados, contándote su vida, sus tips, o cómo tuvo que superar la depresión en una playa de Mauricio, porque la arena blanca y el agua cristalina la ayudó a generar dopamina. Tú, que aún sigues sentada en el váter, sientes una ligera culpa de no generar suficiente cortisol en tu trabajo de ocho horas, aguantando a compañeros que quieren aspirar a ser pijas en el camino de otros.

«La pija te da a entender que todo lo que te sucede proviene de tus procesos químicos y actitud frente a la vida, como cuando no te aceptaron en el trabajo de tus sueños, o te subieron el alquiler.»

Pero la pija no se queda ahí: necesita ayudar a los demás a tener éxito y a disfrutar de las maravillas que tiene el mundo; los placeres de darse gustos. Así que aprovecha: además de decirte cómo vestir, cómo combinar la chaqueta caqui con unos vaqueros Levi´s rectos y con qué plancha alisarte el pelo, te deja el link en bio. Y si tienes rizos, también te asesorará sobre que champú usar para que luzcan perfectos, pero no olvides dar su código para descuentos. ¿Cómo comer? «Hay que masticar la comida 35 veces antes de tragarla, porque así comerás menos», te dice, y luego también te descubre recetas. En el vídeo de la pija, al que llevas un rato dándole pausa con tu pulgar para verlo todo, descubres que hay más pijas rancias por el sitio, todas sorbiendo de sus cócteles en forma de huevo de dinosaurio, caras de Marilyn Monroe o patas de elefante, que han sido servidos con sombrillas y bengalas. Todas sonriendo y pidiendo a sus novios que las graben bebiendo, sentándose en la mesa mientras miran a la nada, poniendo rostro de asombro cuando del plato que tienen delante sale humo rosa. Las pijas graban con sus Iphones acudiendo a la bandeja con la misma rapidez que la gente se hace popper. Te preguntas, si acaso fueras camarera de ese sitio, ¿serías capaz de tirarle el cóctel encima? ¿De clavarle un tenedor en el ojo?

La pija enseña un plato con mucho orgullo, es famoso por tener un ingrediente exclusivo llamado AlphA, con tanto abolengo que el caviar queda como un plato de bravas a su lado. La pija habla de lo exclusivo y caro que es, prácticamente se trata de un nuevo elemento, y acerca el tenedor a su boca. Mastica muchas veces, pero su cara cambia. Dice «mmm, está delisius», pero sus cejas comienzan a moverse de forma extraña. Mientras te limpias el culo, acercas tus ojos a la pantalla, porque no te puedes creer que a la pija se le esté hinchando la cara de forma tan rápida. Escuchas un «¡HOSTIA!» del que graba, y ves a la pija como un pez globo, y luego se oye un «¡JODER!, ¿QUÉ COÑO…?», y más pijas pez globos comienzan a volar dentro del pop-up, chocando entre sí y pidiendo ayuda con una voz bastante grave, como si fueran cantantes de death metal. Las bocas triplican su tamaño y sonríen de forma muy abierta, como el gato de Alicia. De pronto saltan algunos ojos y oyes como ruiditos de alguien que descorcha champán.

Los camareros y novios intentan agarrar alguna pierna, alguno se agacha para recoger ojos que no dejan de brotar en direcciones inesperadas, justo en el momento en el que tiras de la cadena del váter y te subes las bragas con una mano, porque tu compañera acaba de llamar a la puerta del baño. «Tía, ¿estás bien? Llevas mucho rato», y le dices que todo bien que tranquila, que llevabas mucho rato aguantándote las ganas. «Te has quedado a gusto», te reprocha. Y tanto, tía.

 

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