
Cocinero a punto de coger la baja. Foto: Mikel Ponce
¿Por qué todo el mundo está de baja en hostelería?
Almudena Ortuño – 08/05/25
Analizamos datos, hablamos con expertos y tratamos de comprender el porqué de las ausencias cada vez mayores entre el personal. ¿Son tantas como creemos? ¿Tienen que ver con las condiciones laborales? ¿De qué manera impactan sobre las pequeñas empresas? Un nuevo enfoque sobre el mercado laboral se abre paso, también entre fogones
Entre las fenómenos más impredecibles de los últimos tiempos se encuentra el triunfo de la política del espectáculo, los apagones eléctricos repentinos y el notorio incremento de bajas laborales, o incapacidades que impiden a una persona desempeñar su puesto de trabajo. Lejos de enaltecer el capitalismo, venimos a dirimir la causa de este fenómeno. Atendiendo a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), las bajas laborales en España alcanzaron otro máximo histórico en 2024, cuando la incapacidad temporal (IT) por contingencia común -la que no es de origen profesional- registró una prevalencia media de 53,3 por cada 1.000 asalariados (29,8 en el caso de los autónomos). Esto es, cada mes se iniciaron de media 676.022 casos de baja, un 5,3 % más que en 2023. Conclusión precipitada: tenemos menos ganas de trabajar. Conclusión elaborada: tal vez, el actual modelo laboral no satisface nuestras necesidades.
Empresarios de todos los ámbitos lamentan los problemas para encontrar y fidelizar personal, a los que se suma este mayor índice de absentismo. La tasa ha repuntado al 6,7%, de modo que 1,46 millones de empleados faltan cada día a su puesto de trabajo. Y alertan los psicólogos de que, frente a los accidentes laborales y las enfermedades comunes, se están acrecentando los problemas de salud mental. Habría que reflexionar sobre las condiciones que los propician. Pero antes de llegar a su testimonio, repasemos algunas estadísticas más con portavoces del sector.
Según el análisis de Randstad Research sobre los datos oficiales de 2024, la industria presentó la tasa de absentismo más alta (7,1%), seguida del sector de servicios (6,7%). Sin embargo, si nos centramos únicamente en la restauración, el informe de la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT) revela que la tasa por absentismo fue del 5,1%, (72 personas cada día), mientras que la tasa de IT se quedó en 4,3% (61 ausentes). «La hostelería no se encuentra entre los sectores con mayor absentismo por incapacidad temporal, pero dada la estructura de las empresas del sector, sobre todo pymes de menos de 10 trabajadores, estas bajas producen serios problemas organizativos», valora al respecto la confederación Hostelería de España: «Por ejemplo, si hablamos de un pequeño establecimiento donde trabajan tres o cuatro personas, que se ponga de baja una persona supone un 25% de reducción de plantilla, de difícil la sustitución».

«Las bajas ocasionan grandes problemas organizativos para pymes de menos de 10 trabajadores»
Top 5 sectores con mayor absentismo. Habanero
Otro dato importante es que las contingencias profesionales en la mayoría de sectores son muy bajas (3% en el caso de la restauración) frente a las contingencias comunes (29%, también en restauración). «La situación de colapso que existe en el sistema sanitario, con retrasos para conseguir las citas con los especialistas, o largas listas de espera para intervenciones, condiciona que los procesos se alarguen. Es un tema prioritario, pues los principales perjudicados son los propios trabajadores ante la gran incertidumbre», insiste Manuel Espinar, en este caso, presidente de la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia.
Afectados, en primera persona
«He sido camarero toda mi vida, al principio en el bar de mi familia, y una vez que cerró, donde me ha ido saliendo. A mí me gusta mi trabajo, pero machaca bastante. Ya no por los horarios y los turnos, que tampoco son una maravilla, sino porque tengo las piernas reventadas. La cosa vino cuando me empezaron a salir muchas varices», cuenta un trabajador de la sala, que prefiere permanecer en anónimo. Los problemas musculares y circulatorios son los principales riesgos para quienes ejercen de camareros. «Estoy de baja, porque con 50 años no puedo seguir exponiendo mi salud. No tenía condiciones tan buenas, no me merece la pena. Pero pese a todo, no me habría cogido la baja si estuviera en condiciones», precisa, sin querer ahondar en el tema. Lleva cinco meses de reposo y su jefe todavía no le ha sustituido, que a él le conste, así que los compañeros hacen turnos para suplirlo en un negocio de apenas cuatro empleados.
Cuatro de cada diez bajas tienen una duración de hasta tres días. Pero en promedio, las contingencias profesionales han escalado de 36,2 días en 2023 a 39,2 en 2024. «Por un lado, están las bajas normales: cortes en la cocina, bajas por embarazo… Tuvimos a un chico con varicela más de un mes, pero es algo que aceptas. Luego están las historias que no son ciertas», relata un hostelero, aunque nos toca seguir jugando al anonimato: «Una vez tuvimos a una chica que, de repente, no tenía muchas ganas de trabajar, y a los días, vino con una baja por depresión». Cabe recordar que en accidentes no laborales o enfermedades comunes, incluida la depresión, la decisión es del médico de cabecera, que puede conceder un reposo de hasta 365 días, prorrogable por otros 180. «Y claro, ningún médico se la juega a que el paciente esté realmente mal y haga cualquier locura. Le suelen dar un par de meses», prosigue.
Sin embargo, esto tiene un efecto dominó. Según un informe de Asedas y AMAT, los 8.716.663 procesos de bajas que se dieron el año pasado supusieron un coste de 28.987 millones de euros para la Seguridad Social y las empresas. Importante recordar que, entre el día 4 y hasta el 15 de duración, el pago de la baja corre a cargo del empleador, para después pasar a la mutua y al Estado. «Y ya no es eso. El verdadero problema es la sustitución«, conviene un segundo empresario: «En mi caso, tengo a tres personas trabajando, y no me puedo permitir a una cuarta. Si alguien se pone enfermo, los demás tendremos que asumir más trabajo, y lo sé porque ya me ha pasado». Recuerda a un ex trabajador que estuvo 18 meses fuera de juego, algo que comprometió seriamente la viabilidad del negocio. «Lo más fuerte es que ahora está en otro restaurante, y también se ha cogido seis meses. Es un profesional», zanja.
Más datos, en este caso proporcionados por mutua Asepeyo: el 70% de los trabajadores no ha registrado bajas, frente a un 3,7% que acumula el 32,1% de procesos. Son bajas de carácter reincidente, por problemas de salud que vuelven a presentarse. Pero si vamos más lejos, y nos proponemos analizar el tipo de patología, el 33,2 % son de carácter traumatológico, porcentaje idéntico al de 2023, mientras que la segunda patología de mayor prevalencia, la psiquiátrica, ha aumentado hasta el 14,8 % del total. No solo eso, es la quinta de mayor duración, con 129 días de media, por detrás de la oncológica (196), la cardíaca (153) y de hombro (149).
La lectura de los psicólogos
El imparable incremento de bajas por salud mental lleva a plantearnos qué estaremos haciendo tan mal en el entorno laboral. En 2024, las ausencias laborales de esta índole registraron 643.861 casos, representando alrededor del 10% del total de bajas. Al respecto del dato, preguntamos al Col·legi Oficial de Psicologia de la Comunitat Valenciana, donde nos responde Pilar del Pueblo, vocal de la Junta y especialista en Trabajo, Organizaciones y RRHH. «Efectivamente, la salud mental es ya la segunda causa de baja laboral, y la primera en lo relativo a la duración. Multitud de factores entran en juego, desde el estrés y la ansiedad que imperan en la sociedad, hasta la cultura de la satisfacción inmediata y las redes sociales. Pero también hay que fijarse en los modelos de trabajo que nos han llevando a ello, y que merecen una revisión», avanza.
676.022 – Media de bajas mensuales en España
72 – Personas que faltan diariamente a su puesto en hostelería
39,2 – Promedio de días de baja por contingencia laboral
28.978 – Coste que suponen las bajas anualmente
14,8% – Porcentaje de bajas de carácter psiquiátrico
60% – Empresas europeas que abogan por la reconversión laboral
En opinión de la experta, «las empresas no le venían dando la suficiente importancia a los riesgos psicosociales, que deberían ser esenciales dentro de su estrategia». Pocas son las que disponen de un plan de prevención, intervención y retorno al trabajo tras una baja por salud mental. «A fin de cuentas, la baja debe entenderse como una medida legítima de protección del trabajador, pero no debe ser la única ni la primera opción. A menudo, el problema está en causas estructurales, en cuanto a ritmo, carga de trabajo, horario o malas relaciones en el entorno laboral. Si no se atajan estos asuntos, volverán a provocar otro caso igual», explica. También es verdad que ahora se da mucha más visibilidad a la estadística, «pues antes existía el estigma de la salud mental. Sin embargo, se normalizaba que una persona tomara medicación para ir a trabajar. El estrés y la actividad constante eran sinónimos de éxito».
El mundo ha cambiado. Las nuevas generaciones anuncian una transformación profunda, tanto de expectativas como de prioridades. «La generación Z se inclina hacia el equilibrio vida-trabajo. Antes vivíamos para trabajar, ahora es al revés. Gana peso el llamado contrato psicológico: soy consciente de mi formación y de lo que aporto a la empresa, por lo que espero que ella también me estimule y me aporte a mí», detalla Del Pueblo. En el caso concreto de la hostelería, hablamos de un sector sometido a mucho estrés y trato directo con el cliente. «Esto siempre va a suponer una importante carga mental, en una sociedad cada vez más reactiva, irritable y exigente. Hay que sumar los horarios y la falta de conciliación, lo que nos conduce a un desgaste brutal», y añade: «Siempre me ha llamado la atención que, cuando hablas con los dueños de negocios de hostelería, te dicen que no quieren lo mismo para sus hijos».
Sería injusto obviar que la restauración está en plena fase de reconversión, a sabiendas de que ser atractivos será fundamental a la hora de atraer y retener talento en los años venideros, frente a la inmensa crisis de personal. Así lo considera el 60% de empresas de todos los ámbitos, según un estudio de la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo. Entre las tendencias que llegan para quedarse, se ecuentran los horarios flexibles para la conciliación, los modelos basados en la confianza y la estrategia de la salud mental que, sin duda, repercutiría en la reducción del absentismo. Según el eurobarómetro, el 44% de trabajadores considera que su salud mental se ha deteriorado por causas laborales. Es un dato realmente triste, por lo que buscaremos la lectura inversa: en la medida que las empresas sepan transformar sus estructuras y adaptarse a las necesidades futuras, también podrán ser un gran agente de mejoría en la salud.