¿Quién no conserva este plano en la retina? Fotograma: American Psycho
25 años de American Psycho y seguimos sin haber conseguido reserva en el Dorsia
Las Entendidas – 30/10/25
La película de Mary Harron se ha ido colando a lo largo del año en trends de redes sociales y artículos en prensa por diferentes motivos más allá de su aniversario. Venimos a contártelos
Desde pasar a estar muy presente en TikTok y conectar con nuevas generaciones por su estética aspiracional, a la fascinación desde la que se leen -por extraño que nos parezca- ciertos aspectos -no todos, claro- del modelo de masculinidad que representa el personaje de Patrick Bateman. Lo cierto es que American Psycho ha experimentado un fenómeno de popularidad inesperada, que poco tiene que ver con el hecho de que cumpla años. Ya lo dijo Lucía Lijtmaer en una columna a principios de año: «Como villano o como héroe, el protagonista de la famosa novela de Easton Ellis parece más actual que nunca en tiempos de Musk y Trump».
Basada en la novela de Bret Easton Ellis, la película es una crítica a la masculinidad moderna a partir de Patrick Bateman -interpretado por Christian Bale-, un joven dedicado a los negocios cuyo carácter se mueve entre la vanidad, arrogancia y los comportamientos obsesivos. La violencia extrema -especialmente hacia las mujeres- es el canal que encuentra para dar salida a las frustraciones propias de los valores promovidos por la cultura yuppie de finales de los 80. Una sátira alrededor de la alienación, el consumismo y el peso de un modelo relacional (sobre todo en el ámbito laboral) basado en la competitividad. Y una sátira que no siempre se entendió como tal -aunque lejos quedó el rechazo que levantó la publicación de la novela en 1991-, y que ahora encuentra nuevas formas de aterrizar su mensaje y sus controvertidas lecturas.
Entre ellas, ha ganado popularidad la morning routine con la que su protagonista decide empezar su día cada mañana. Durante un tiempo, su mascarilla facial de hierbabuena y sus consejos sobre lociones de afeitado gozaron de gran protagonismo en TikTok, una red inundada de tips de belleza y hábitos de autocuidado, donde reúnen planos de esa secuencia en ingeniosos edits. En el episodio de Amiga Date Cuenta dedicado a las estéticas del dinero, ya detectaron un paralelismo entre la rutina matutina de Patrick Bateman y ese tipo de contenido que favorece el algoritmo, y que refuerza una sociedad -y por ende, las redes en las que se expresa- obsesionada por cultivar el main character, tan individualista como narcisista. «Cuando se vio, la gente se reía de la rutina de este tío por lo terrorífico que era, y mira ahora», sentenciaba en el programa Noelia Ramírez.
La morning routine más viral de todo TikTok. Fotograma: American Psycho
Más allá de por su culto al cuerpo, es inevitable sentirse hermanadas con esa imposibilidad de encontrar mesa en tu restaurante favorito, como ocurre en la película con el inaccesible y exclusivo Dorsia, y como ocurre desde hace unos años en cualquier local de moda o en el centro de las capitales. Conseguir una reserva en American Psycho denota qué lugar se ocupa en esa escala de poder que organiza a sus personajes, mientras que hacerse con una reserva ahora para el fin de semana significa simplemente renunciar a la posibilidad de improvisar y dejarse guiar por lo que te apetecerá comer o dónde te apetecerá comer cuando ese día llegue.
Además, para una generación concreta, el universo del protagonista exuda aesthetic por todos sus costados y satisface las coordenadas que marcan el buen gusto. En ese pisito de soltero adornado por piezas de diseño emblemáticas, como las sillas Barcelona, y con un acabado minimalista, aséptico y abundante en acero, resuenan las tendencias decorativas que lideran el presente. El apartamento de Patrick Bateman, diseñado por la escenógrafa Janne Develle y el diseñador de producción Gideon Ponte, ha pasado a ser el de un auténtico metal bro. Y es que cuando este tipo de personajes (y sus conductas) permean en la cultura popular, como ocurre con los villanos y asesinos de los true crime de Netflix, muchas de sus reprobables acciones quedan difuminadas. Y, por los ejemplos que hemos ido acumulando este año, el peligro que podemos encontrar en el caso de Bateman es desenfocar su indiscutible misoginia para acabar en la celebración del mito.
Como un lobo de Wall Street, solo que fetichizado. Un mito que se extenderá, por lo que sabemos, a partir de una nueva versión que Luca Guadagnino está preparando para el cine. A finales del año pasado, Internet empezó a fantasear con los rumores de una actualización de esta cinta de culto y pronto salieron nombres a la palestra para interpretar a Bateman, entre ellos Austin Butler o Patrick Schwarzenegger. Como las voces en contra de un innecesario remake no tardaron en aparecer, Luca se ha guardado las espaldas insistiendo en que lo suyo será una adaptación más centrada en lo que se proponía desde la novela.
Una voz compleja y perturbadora
Sigamos con los datos. La directora y coguionista de American Psycho, Mary Harron, también autora de otros títulos icónicos como I Shot Andy Warhol, recogía hace unas semanas el Premio WomanInFan en Sitges. Como aseguraron desde el festival, se trataba de «un homenaje a una trayectoria que ha desafiado convenciones y ha dejado una huella singular en el cine contemporáneo». Una mirada capaz de dibujar personajes complejos (aún hoy) y perturbadores que la ha convertido en una voz imprescindible. Por cierto, que en el año 2000, la directora inauguró el festival convirtiéndose en la primera mujer en abrir el certamen. Desde entonces, otras compañeras del género -como Julia Ducournau o Ana Lily Amirpour– le han seguido los pasos, conformando una nueva generación de directoras, por lo que cabe hacernos la pregunta de si la carrera de Harron hubiera recibido más atenciones en su día si hubiera tenido mayor acceso a esos espacios. Ya lo reivindicó Christian Bale hace unos años desde una alfombra roja con ese «Let’s see more movies from Mary Harron«.
El pisito de soltero, ahora venerado, de Patrick Bateman. Fotograma: American Psycho
Por suerte, la popularidad de la película también ha alcanzado a la comunidad cinéfila que frecuenta Letterboxd, la red social para amantes del cine, y un faro de referencia para compartir afinados comentarios y reseñas y, con ello, ha abierto nuevas vías para estimulantes debates. Muerto Twitter, el ingenio en redes ahora ha ido a parar ahí. Según la plataforma, American Psycho llegó a alcanzar este año el puesto 23 en su ranking de popularidad, y suele elegirse a menudo entre su conocido Four Faves, por lo que no iban a desperdiciar la ocasión de conversar con su directora. Y sí, años después, Mary Harron sigue desconcertada con las lecturas que despierta su película: «No creo que Guinevere [la otra guionista] y yo esperáramos que [Bateman] fuera aceptado por los bros de Wall Street. Esa no era nuestra intención. Entonces, ¿fallamos? No estoy segura de por qué ocurrió, porque Christian [con su actuación] se está burlando claramente de ellos».
Entre las nuevas reseñas que se recogen en la plataforma, destaca la de una joven que se pregunta cómo sería la película si en su lugar no la hubiera escrito ni dirigido una mujer: «Cómo la cámara probablemente no se detendría en las mujeres el tiempo suficiente para desarrollarlas como personas reales, cómo la edición probablemente no mostraría las reacciones femeninas a la misoginia que las rodea, cómo el guión y los actores no transmitirían sátira. Me encanta la idea de que las mujeres tomen una fuente misógina y la reelaboren en una obra de arte feminista». Precisamente que la película se detenga en algunos de los personajes femeninos -como el que interpreta Chloë Sevigny- para salirse un tanto del marco protagónico de Bateman fue clave para Harron: abrazar un mecanismo formal que nos distancie de un único punto de vista, sobre todo en las secuencias en las que ellas acaban en su apartamento. «Esa es una de las cosas a las que creo que las mujeres en particular pueden responder: estar en el apartamento de un hombre extraño y sentirse atrapadas», ejemplifica.
En la misma entrevista de Letterboxd, Harron se sorprendía de lo bien que había envejecido la historia. «Entonces, se trataba de una sociedad depredadora, y ahora la sociedad en realidad, 25 años después, es mucho peor. Los ricos son mucho más ricos, los pobres son más pobres». Y, en línea con lo que apuntaba Lucía Lijtmaer, añade: «Nunca hubiera imaginado que habría una celebración del racismo y la supremacía blanca, que es básicamente lo que tenemos en la Casa Blanca. Nunca hubiera imaginado que viviríamos eso». Habitar una realidad inmediata en la que Patrick Bateman es el ejemplo que mejor explica cómo se comportan a tu alrededor será siempre señal de que se viven tiempos oscuros.